Si bien en un principio los zancos no fueron concebidos para bailar, al cabo de poco tiempo los pastores landeses empezaron a reencontrarse en las fiestas de los pueblos y a desafiarse para ver quién evolucionaba mejor sobre sus “botas de madera”. Más adelante, empezaron a surgir ciertos bailes en ocasiones muy particulares (como agradecimiento a las cocineras tras un banquete, durante las bodas…).
Estas danzas podían representar escenas de la vida cotidiana : la caza, los caprichos del río Adur… En la mayoría de casos las músicas son polcas o rondós, que se basan en bailes de pie, y que han sido adaptados a los zancos. Aún hoy bailamos danzas que eran muy conocidas y que los más ancianos aún recuerdan.